Asturias: ¿tierra de oportunidades o fábrica de emigrantes?

  • Tribuna de José Manuel Zapico, secretaría general de CCOO de Asturias; y Damián Manzano, secretaría general de la federación de Industria

Los compromisos siguen sin cumplirse así que tenemos la obligación de volver a movilizarnos mañana jueves, 13 de mayo, en la Plaza de la Exposición de Avilés. Una vez más, defenderemos el futuro industrial de Asturias, un sector del que dependen 51.000 familias y el 20% de la economía. Es, sin lugar a dudas, el motor de nuestra economía y está en grave riesgo únicamente por la falta de voluntad y compromiso político. Asturias se la juega porque de lo que ocurra en los próximos meses depende que nos veamos reducidos a ser una fábrica de emigrantes o, por el contrario, podamos aspirar a ser una tierra de oportunidades.

12/05/2021.
Tribuna de José Manuel Zapico y Damián Manzano

Tribuna de José Manuel Zapico y Damián Manzano

No es casual que la movilización sea en Avilés, fue precisamente en esta ciudad donde se encendieron muchas alarmas en otoño de 2018, con la impresionante movilización contra el cierre de Alcoa. Allí alertamos, otra vez, del riesgo de colapso que suponían unos precios de la luz inasumibles para el sector y mucho más caros que nuestros vecinos europeos.

 Entonces el Gobierno de Pedro Sánchez movió ficha: prometió que resolvería el problema y compensaría la desventaja de nuestras empresas. Sin embargo, han transcurrido dos años y el estatuto para las electrointensivas que aprobaron ha sido una tremenda estafa: no garantiza precios de la luz estables, predecibles y competitivos; y lejos de resultar una solución, se ha convertido en una losa que amenaza con asfixiar nuestra industria tradicional.

 Nos vendieron también una transición energética justa, pero la realidad es muy diferente: se admitieron los cierres de las térmicas sin proyectos alternativos, dejando a los territorios tirados a los pies de los caballos. Y ese mismo gobierno que mira a otro lado mientras las grandes eléctricas incumplen su palabra, consiente ahora que sigamos consumiendo energía sucia importada de Marruecos. Hipocresía en estado puro.

Una tras otras, todas las decisiones van en la misma dirección: Asturias va camino de convertirse en un enorme desguace industrial si no ponemos remedio. Y debemos hacerlo cuanto antes.

La incertidumbre es máxima y el enfado está justificado. Lo sienten los miles de trabajadores y trabajadoras que sufren los despidos y ven peligrar su futuro laboral. Lo comprenden perfectamente los Ayuntamientos que nos han trasladado su respaldo. Lo saben bien las empresas que a duras penas pueden competir en igualdad de condiciones.

 Desde los sindicatos lo estamos intentado todo: aportamos propuestas en todos los marcos de intervención donde participamos, alcanzamos acuerdos cuando son necesarios y acudimos a la movilización para elevar la protesta a la altura de la gravedad. Son otros quienes tienen que cumplir. Y no pedimos nada que no se haya comprometido, nada que no nos deban, nada que no sea justo. 

 Todavía hace unos días el Gobierno regional anunciaba que se desbloquearían decenas de millones pendientes del último convenio de los fondos mineros, correspondiente a los años 2013-2018. Otro incumplimiento más. ¿Hasta cuándo nos van a seguir castigando?

 Pedimos que cumplan la palabra dada y también pedimos tiempo, para que Asturias pueda sortear los obstáculos que tiene por delante y encarar de forma más despejada el futuro. Tenemos tradición industrial y talento, mano de obra muy cualificada y un tejido empresarial capaz de asumir el reto. Podemos y sabemos hacerlo. Asturias necesita un marco específico dentro del estado español que contemple sus especiales necesidades en materia industrial dentro del proceso de transición energética, cuya afectación en nuestra región no tiene parangón con el resto del país.

 Para eso necesitamos medidas que nos permitan competir en igualdad de condiciones con otros países de nuestro entorno que sí apuestan decididamente por su industria. Necesitamos que las importaciones de acero y otras materias primas no supongan una competencia desleal. Necesitamos elevar las compensaciones por costes indirectos de CO2 y redoblar las inversiones en I+D+i para cimentar una industria más avanzada, de mayor valor añadido, más tecnológica y sostenible. Necesitamos aprovechar los fondos europeos para apuntalar los sectores tradicionales de nuestra industria y facilitarles su transición con garantías de futuro, para que esa transición se haga aquí, en Asturias.

 Y en ese proceso el Gobierno asturiano no puede ser un convidado de piedra, por eso le exigimos liderazgo, coherencia y audacia porque si a la industria le va bien, a Asturias le irá mejor. Además de ser el corazón de nuestra economía, la industria siempre ha sido garante de salarios dignos, estabilidad en el empleo y derechos laborales. Y eso es lo que necesitamos, lo que necesita la región también para atajar el doloroso éxodo de nuestra juventud y revertir el dramático despoblamiento que ya sufrimos. 

 

¡Nos vemos en Avilés!