Comisiones Obreres d'Asturies | 29 marzo 2024.

El trabajo no puede costarnos la vida

  • Tribuna de Gerardo L. Argüelles, Salud Laboral de CCOO de Asturias, en "El Comercio"

26/01/2021.
El trabajo no puede costarnos la vida

El trabajo no puede costarnos la vida

El año 2021 empezó trágicamente. El primer día de enero un alud de nieve sepultaba en San Isidro a dos trabajadores del servicio de carreteras del Principado. A las pocas horas era rescatado sin vida César Fernández, pero su compañero, Virgilio García, aún no ha podido ser localizado, después de semanas angustiosas, en las que los equipos de búsqueda han tenido que trabajar en condiciones sumamente adversas, arriesgando incluso sus propias vidas, demostrando una enorme entereza y profesionalidad.

Cuando pasen estos días, será también el momento de exigir a las autoridades que abran una investigación para esclarecer las causas de un accidente que probablemente hubiera podido evitarse. Y depurar responsabilidades, si las hubiera. Porque hay preguntas que no dejan de hacerse: ¿Por qué no se habían construido en la zona más viseras para contener los aludes? ¿Era adecuado el mantenimiento de la red viaria en ese tramo?

No nos cansaremos de repetirlo: es de vital importancia que los trabajadores y trabajadoras cuenten con garantías de seguridad para llevar a cabo sus tareas, de modo que minimicen o eviten los riesgos que ponen en peligro su salud y sus vidas. En este caso en concreto, tenemos que pensar en el estado de las carreteras, en la solidez de los terrenos por donde han que desenvolverse, en las cambiantes circunstancias meteorológicas.

El colectivo de trabajadores y trabajadoras de Conservación y Explotación de Carreteras ostenta en nuestro país el triste récord de ser uno de los que más accidentes mortales registra en relación al número de personas empleadas, como ha señalado CCOO recientemente. En la primera quincena de este año se contaban dos trabajadores fallecidos, uno desaparecido y otro en la UCI, lo que llevó a nuestro sindicato a reclamar la actualización de la normativa de prevención, un plan de formación obligatorio, campañas de revisión de la maquinaria y evaluaciones de riesgo específicas, entre otras actuaciones.

Hemos empezado dramáticamente el año. Pero ya terminamos 2020 denunciando el aumento de los accidentes mortales en el trabajo, a pesar de las limitaciones y ceses de actividad provocados por la pandemia. El pasado año, 16 personas perdieron la vida en Asturias intentando ganársela con su trabajo.

Lo venimos advirtiendo: el deterioro de las condiciones de trabajo, con un aumento de la precariedad, la temporalidad, los excesos de jornada, la externalización de actividades en prácticamente todos los sectores... es consecuencia de una reforma laboral que debe ser derogada. Porque el debilitamiento de la negociación colectiva deja indefensos a infinidad de trabajadores y trabajadoras que se ven en la obligación de aceptar condiciones que ponen en riesgo su salud física y psicológica, con el miedo añadido a perder el puesto si reclaman el cumplimiento de la legislación. 

Así lo volvimos a denunciar en la última concentración que convocamos contra la siniestralidad laboral –como llevamos haciendo desde hace años cada vez que se produce una víctima mortal en el trabajo- el 12 de enero, tras el accidente que le costó la vida a un técnico de emergencias sanitarias en Gijón.

Detener esta sangría es una responsabilidad compartida. Las empresas anteponiendo la salud y seguridad en el trabajo, porque es además su obligación; y las Administraciones velando por el cumplimiento estricto de la normativa, con sanciones contundentes cuando se viole la ley. Ya no valen excusas.

Al mismo tiempo, es imprescindible que los trabajadores y trabajadoras reciban una formación adecuada y continua para poner freno a unas cifras de siniestralidad que deberían escandalizarnos. 

Con esos objetivos impulsamos en pasado noviembre en Asturias la campaña “Te queremos de vuelta”. Con ella, el Gobierno, la Administración y los agentes sociales -CCOO también asume su compromiso- hemos querido incidir en la prevención, y la mejor prevención es conocer el riesgo. Porque es seguro que con cultura preventiva se podrían evitar la mayoría de los accidentes de trabajo. Porque no tendremos una sociedad decente sin trabajo digno, y éste no lo será si nos conduce a la muerte… en un país que registra un promedio de dos víctimas mortales todos los días a causa de la siniestralidad laboral.

El 1 de enero un empleado público dejaba la vida sepultado por un alud en el puerto de San Isidro. Pocos días después, un técnico de emergencias que acudía en ambulancia a cumplir con su deber fallecía en un accidente. Velaban por nuestras vidas y perdieron las suyas. 

Cuando el trabajo nunca debería arrebatarnos lo más preciado que tenemos: la vida.