Lo verdaderamente esencial

  • Tribuna de José Manuel Zapico, secretario general de CCOO de Asturias, en "El Comercio"

El 1º de mayo tiene este año, entre otros, un objetivo muy loable, con el que nadie podrá discrepar: se trata de dar las gracias, colectivamente, como sociedad, a todas las personas que durante la pandemia nos han salvado la vida, en el sentido literal y en todos los demás. Y que lo siguen haciendo.

01/05/2021.
Tribuna en El Comercio

Tribuna en El Comercio

Así es: el país está en deuda con las trabajadoras y trabajadores de la sanidad y del ámbito sociosanitario, de la ayuda a domicilio, con quienes hicieron posible que no nos faltara comida en las tiendas y los supermercados, que garantizaron la limpieza, la seguridad y el derecho a la información.

Y la mejor manera de saldarla, la que más agradecerán, es convertir los aplausos en derechos, mejorando de forma sustancial sus condiciones de trabajo, que en los últimos años han sido degradadas por las reformas laborales y los recortes brutales que aplicó la derecha, especialmente graves y dolorosos en la sanidad, la dependencia, la educación, y los servicios públicos en general. Que se lo pregunten sino a quienes trabajan en el Servicio Púbico de Empleo (SEPE) y que, con muchas limitaciones de medios y tras ver reducidas drásticamente sus plantillas, fueron sepultados por una avalancha de trabajo, en los durísimos momentos de la pandemia, cuando en sus manos estaba la tramitación urgente de ayudas (ERTE, prestaciones por desempleo, ingreso mínimo vital…) imprescindibles para la supervivencia de millones de personas y familias en situación desesperada. Vaya si estamos en deuda.

Para mejorar las condiciones laborales del conjunto de la clase trabajadora hay que derogar cuando antes la reforma laboral (causante del mayor deterioro del mercado de trabajo que se recuerda) y recuperar la ultraactividad de los convenios colectivos, la primacía del convenio sectorial, regular la subcontratación… Dignificar el empleo, a fin de cuentas. Un compromiso del Gobierno que no se entiende por qué está tardando tanto en cumplir. 

Necesitamos un nuevo modelo de relaciones laborales y un mercado de trabajo que destierre la precariedad enquistada, que maltrata particularmente a  las personas jóvenes y a las mujeres (que también están reclamando, por cierto, un plan de igualdad salarial para acabar con la brecha que las discrimina, y que en Asturias es particularmente escandalosa).

El Gobierno también tiene que cumplir con su promesa de derogar la reforma de pensiones de 2013, que las empobreció y puso seriamente en peligro. Y subir el salario mínimo interprofesional, una medida tan justa como necesaria social y económicamente. 

Porque la promesa de “no dejar a nadie atrás” en esta crisis se salda con medidas efectivas y eficaces, con políticas que sitúen de verdad a las personas en el centro de todas las acciones.

Y en Asturias también seguimos esperando por decisiones que hagan realidad el compromiso del Gobierno con nuestra industria. Porque estamos en una situación límite. La transición energética, impuesta a la trágala, nos está haciendo trizas. Porque no está siendo justa, ni con las personas ni con los territorios. Y ya está bien de tanto desprecio y abandono. 

Asturias necesita tiempo y ayudas, imprescindibles para que la región (si sabe además aprovechar inteligentemente los fondos europeos) se suba al tren del futuro. Un futuro que tiene que seguir sustentándose en la industria, porque tenemos tradición y talento para hacerlo. Solo hace falta que el Gobierno no nos deje tirados y que las empresas inviertan para demostrar su compromiso.

Este 1º de Mayo vamos a volver a reivindicarlo. Y lo haremos, con las limitaciones impuestas por la covid y las pertinentes medidas de seguridad, con una concentración en la Plaza Mayor de Gijón. Lo haremos por las personas trabajadoras, por el empleo decente y con derechos, por el futuro de la industria sólida, innovadora y sostenible que necesitamos. Por Asturias y el futuro de su gente.