In Memoriam José María Prieto. “Chemari”

  • Intervención de José Manuel Zapico, secretario general de CCOO de Asturias, en el acto de despedida del que fue responsable de Relaciones Institucionales y Formación y Cultura, fallecido el pasado miércoles

16/12/2021.
Chemari

Chemari

Se nos ha ido Chemari, así de repente, de manera tan inesperada como injusta, porque era una de esas personas que allá por donde pasan dejan huella, de esas personas buenas, que no es posible reemplazar. 

Chemari era un militante de las Comisiones Obreras, ¡si!, pero sobre todo un militante de la vida, de los que lo dan todo por las causas justas, de los que hacen crecer las organizaciones en las que participan. 

En el sindicato, en el coro minero de Turón, en la política o en la asociación “Pozu Fortuna”…, en todas esas entidades siempre le estaremos agradecidos por su extraordinario buen carácter y compromiso. Por su entrega.

En una ocasión reflexionábamos juntos acerca de que no había unas organizaciones más importantes que otras, que todas suman si van en la misma dirección: defender a los humildes, mejorar la vida de los trabajadores y trabajadoras, construir una sociedad mejor…, si nos hacen pasar un rato agradable ensalzando los valores de la amistad, si defienden las libertades, si practican la solidaridad. Si están en lado correcto. 

Y comprendí, una vez más, que lo verdaderamente importante es que esas organizaciones sean firmes en sus ideales y flexibles en las formas, para ser amables, y hasta cariñosas, con las personas que las integran. Y para hacer las cosas bien. 

En ese contexto brillaba Chemari como nadie, porque fue motor de todas ellas, desde el convencimiento de que donde haya un problema o una buena causa hay que organizarse para alcanzar los objetivos. 

Desde el ejemplo personal transmitía lo mejor de esas organizaciones, en las que más allá de los problemas del día a día, de las disputas en los momentos difíciles, queda la amistad, y por eso podía discutir hasta la saciedad, debatir y rebatir las ideas, pero siempre con un exquisito respeto por las personas. Y una buena conversación que culmina en torno a un “cantar” y un “culete” da las fuerzas necesarias y genera el compañerismo imprescindible para seguir avanzando.

Con su coherencia, hizo buenos aquellos versos de Mario Benedetti:

"(Ante las adversidades)

usted preguntará por qué cantamos

cantamos porque llueve sobre el surco

y somos militantes de la vida

y porque no podemos ni queremos

dejar que la canción se haga ceniza".

Por eso, ante la melodía más triste y oscura que sonaba en la Dictadura, durante las reconversiones de los ochenta y noventa, incluso ante las dificultades de la crisis financiera más reciente, que trituró a toda una generación de jóvenes…, personas como Chemari pelearon en todas las batallas, para poder entonar nuevos cantos. Para construir un mundo mejor. 

Gracias a aquellos días de reivindicación de la clase trabajadora, en los que salir a la calle y protestar se pagaba incluso con la vida, tenemos hoy democracia. Gracias a aquellos días de barricadas y huelgas, tenemos hoy convenios colectivos y servicios públicos. Gracias a las manifestaciones y reivindicaciones hoy se ha subido el salario mínimo, se garantiza un sistema público de pensiones y esperamos que en los próximos días tengamos una nueva legislación laboral con trabajo decente. Porque los derechos, no hay que olvidarlo, se conquistan y se defienden en la calle, con la movilización. Y Chemari lo sabía bien. Por eso estaba en primera línea.

Gracias a personas como él hoy somos también el primer sindicato. Personas valientes que pusieron su granito de arena, que sin saberlo ayudaban a construir los pilares de lo que hoy es la organización más grande del país. Pero también los pilares de un Estado social y democrático que hay que seguir fortaleciendo.

Porque hoy, frente a las políticas del ruido y del odio, tiene que conocerse la historia de este país. Chemari sabía que la mejor manera de avanzar es luchando para que las personas más vulnerables también puedan tener una vida plena.

La suya fue una vida de sindicalista, de vecino comprometido, de activista y compañero. Una vida plena, de la que su familia y amistades pueden sentirse orgullosos. Como lo estamos en el sindicato, por su honestidad y buen hacer. Por el ejemplo que nos ha dejado.