Comisiones Obreres d'Asturies | 28 marzo 2024.

¿Son esenciales y así se las trata?

  • Tribuna de José Manuel Zapico, secretaría general de CCOO de Asturias, en "El Comercio"

18/01/2022.
Tribuna de José Manuel Zapico sobre trabajadoras esenciales

Tribuna de José Manuel Zapico sobre trabajadoras esenciales

Lamentablemente, hay empresarios que dejan mucho que desear y administraciones que no están cumpliendo. Ahí tenemos si no las movilizaciones del sector de la limpieza, la situación de las trabajadoras de la atención a la dependencia, las 20.000 personas empleadas en la hostelería que llevan más de una década con el convenio bloqueado.

Desde el inicio mismo de la pandemia fue unánime el reconocimiento a todas las personas trabajadoras que formaron parte (y lo siguen haciendo) de los servicios esenciales, salvando vidas, cuidando de nuestros mayores en las residencias, garantizando la producción, distribución y suministro de alimentos y otros productos necesarios, efectuando servicios de limpieza y mantenimiento, contribuyendo a la seguridad, trayéndonos a casa lo que necesitábamos. 

No era para menos, y lo subrayamos con motivo del Primero de Mayo: este país está en deuda con la clase trabajadora. Y pedíamos convertir los aplausos de balcón y ventana en derechos, derechos laborales y sociales. Porque el reconocimiento no puede quedarse en un mero gesto moral, sino que ha de ir acompañado de actuaciones y compromisos concretos que mejoren sus condiciones de trabajo, penosas tantas veces. Y lo seguimos reclamando porque no se ha conseguido. Al menos no en muchos casos. No como debería.

Los sindicatos hemos hecho lo que nos corresponde. Afrontamos en el ámbito del diálogo social materias directamente relacionadas con la dignificación del mundo del trabajo y de las actividades esenciales. Y al mismo tiempo, estamos empujando en las mesas de negociación de los convenios colectivos (y con los planes de igualdad). También venimos manteniendo las movilizaciones y huelgas necesarias para defender los derechos laborales y los puestos de trabajo. Como siempre hemos hecho.

Además de revertir la reforma laboral, la agenda social para el empleo decente pasa por mejorar las prestaciones por desempleo, aprobar la ley de igualdad salarial, promover un plan de choque contra la siniestralidad que frene las inaceptables cifras de accidentes laborales.

A la patronal en concreto le venimos reclamando un nuevo acuerdo por el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) que facilite el desarrollo de los convenios colectivos para afrontar una salida justa y equitativa de la crisis, que no suponga una devaluación de los salarios, y avanzar en los procesos de modernización y adaptación a las nuevas realidades que se están produciendo en el mundo del trabajo.

Pero la realidad nos echa un jarro de agua fría. Ahí tenemos por ejemplo (por mal ejemplo) el bloqueo de la negociación de la Hostelería, totalmente injustificado. Se trata de un sector cuyas empresas se han beneficiado de las diferentes ayudas públicas impulsadas desde el diálogo social. Y se habla de excelencia, pero no habrá ni turismo ni hostelería de calidad sin empleo de calidad. Se lo recordamos con la concentración que llevamos a cabo en Oviedo con motivo del Congreso de Hoteleros Españoles. Porque los trabajadores y trabajadoras de la hostelería llevan una década con el convenio bloqueado, y los salarios congelados desde 2014.

En las últimas semanas se están movilizando igualmente las compañeras y compañeros del sector de limpieza ante el inmovilismo y desprecio de las patronales, porque (atención) su oferta salarial asciende a ¡53 céntimos de euro al mes! Patronales que se niegan a un acuerdo que mejore la situación en un sector que da trabajo a 12.000 personas. Organizaciones empresariales que siguen sin reconocer el esfuerzo y la labor esencial que desarrollan, en un sector altamente feminizado que sufre el empleo precario, la falta de estabilidad laboral. Y resulta vergonzoso que las distintas Administraciones sigan sin reconocer socialmente su función. Lo demuestran cada vez que sacan pliegos de condiciones y adjudican contratos a empresas que presentan la oferta más baja, contribuyendo a la constante precarización de las condiciones laborales y salariales.

Las administraciones también han sido blanco de las protestas del sector de la atención a la dependencia (en el que trabajan más de 3.000 personas en Asturias, la mayoría mujeres), además de las patronales. Estas porque siguen boicoteando un nuevo convenio que recoja una notable mejora de las retribuciones (muchas categorías no llegan a los mil euros y las hay por debajo del salario mínimo), la reducción de las elevadas jornadas y de los ratios de personal en las residencias privadas. Y aquellas porque deben extremar la vigilancia (no se cubren bajas, ni vacaciones, ni permisos) en unas residencias que CCOO ha denunciado que están abandonadas por falta de medios y en situación totalmente precaria, cuando los fondos públicos estatales se han incrementado el pasado año en 600 millones para las distintas comunidades autónomas.

Ya nos gustaría que las cosas fueran de otra manera, pero mientras tanto seguiremos movilizándonos.