No olvidamos

  • Tribuna de Úrsula Szalata, responsable de Igualdad de CCOO de Asturias, en "El Comercio"

24/11/2022.
Úrsula Szalata en El Comercio

Úrsula Szalata en El Comercio

Nosotras sí que tenemos presente la violencia cada día. Pero el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, no es una fecha más en el calendario. 

Desgraciadamente, en este día también hay quien nos dice a las mujeres que debemos acordarnos de las que nos faltan, pero sin hacer mucho ruido. Incluso, en un ejercicio de desvergüenza, tratan de desvirtuar la denuncia de la violencia machista por el falaz argumento de que todas las violencias son iguales. El caso es utilizar a las víctimas a conveniencia, siempre que sirvan a sus aviesos intereses, como tratar de confundir a la sociedad y atacar al movimiento feminista.

 Y nos lo dicen a las que no olvidamos. Nos lo dicen a las que sabemos que los asesinatos son el final más atroz y terrible para historias que empiezan de otra manera. Nos lo dicen a las que denunciamos este terrorismo machista en todas sus expresiones.

También vemos con estupor y desagrado cómo los derechos de las mujeres se convierten en asunto de tertulia de gente que argumenta descalificando e insultando.

La violencia la sufrimos nosotras en mayor o menor medida. Evidentemente, no todas de la misma forma. La padecemos igualmente en nuestras amigas, compañeras, y nos escuchamos y nos apoyamos y nos reconocemos… ¡Y nos creemos!

 Sabemos que las violencias machistas no se pueden enumerar como si fueran una lista en la que vamos tachando al tiempo que vamos identificándolas. Es cierto que hace años hablar de algunos temas era abrir la caja de los truenos. Pero lo que no se nombra, no existe. Y una vez más nos negamos a que nos nieguen. Y denunciamos los acosos, los abusos y las desigualdades.

 Los sindicatos hemos conseguido, por ejemplo, incorporar la brecha salarial a la agenda política y a los debates de los centros de trabajo. Hemos conseguido que la mayoría de la población trabajadora vea las diferencias salariales y de carrera profesional que padecemos las mujeres. Porque la económica también es una forma de discriminación y de violencia.

 Por eso siempre hemos defendido la independencia económica de las mujeres. El trabajo decente y con derechos, también para nosotras. Un trabajo que nos permita tener un proyecto de vida independiente si queremos, y en compañía si nos da la gana. 

 No se puede esperar. Y como sindicato tenemos que actuar en los centros de trabajo para acabar con todas las formas de violencia. Estamos negociando planes de igualdad, pactando nuevas medidas de corresponsabilidad y protocolos contra el acoso sexual y por razón de sexo, que están sirviendo para informar y formar contra el acoso en los centros de trabajo e investigar de forma rápida y confidencial las denuncias. 

 Pero muchas veces no podemos llegar a cada centro de trabajo, por lo que CCOO ha decidido poner en marcha el observatorio de acoso sexual y por razón de sexo (observatorioacoso.ccoo.es) pensado para orientar, ayudar y acompañar a toda la población sobre las actuaciones más pertinentes a realizar ante estos delitos, particularmente necesario para las pequeñas empresas o las personas que trabajan en los hogares, espacios muchas veces desprotegidos. Prevenir, formar, concienciar y tratar el acoso y el ciberacoso. Esos son los objetivos.

Es difícil trasladar mensajes optimistas cuando hay 1.171 mujeres asesinadas por violencia de género desde 2003. Pero no debemos olvidar tampoco a todas las que lograron escapar del infierno, a las que se recuperan y tienen una nueva vida. A las que en definitiva, como canta Rozalén, lograron abrir esa puerta violeta hacia la libertad.