El sindicalismo internacional en la resistencia por una Europa social y democrática

  • Tribuna de Denis Schnabel, secretario general de la CGT de Grand Est y José Manuel Zapico, secretario general de CCOO de Asturias, en La Nueva España

15/05/2025.
CCOO de Asturias y la CGT del Grand Est

CCOO de Asturias y la CGT del Grand Est

80 años ya. El 8 de mayo de 1945 fue la capitulación nazi. Un día de fiesta nacional en Francia, una jornada de conmemoración. Celebramos la victoria de los y las antifascistas sobre el horror. Recuperamos la memoria de la “Nueve”, la novena compañía compuesta por su mayoría por soldados españoles republicanos, algunos asturianos, que no dudaron tras la Guerra Civil española sumarse a luchar por una Francia Libre, bajo las órdenes del general Leclerc. Y hablamos de la resistencia francesa, de miles y miles de personas anónimas que no sucumbieron y combatieron.

Reforzando vínculos con la CGT del Grand Est, organización hermanada desde hace décadas con CCOO de Asturias, compartiendo un modelo productivo basado en la siderurgia y (antes también) en la minería; una representación del sindicato se desplazó a Estrasburgo. Para Comisiones Obreras, un honor pisar las tierras que, si bien un día conocieron el sufrimiento, la represión y la muerte que sembró la Alemania nazi al anexionarse la capital de Alsacia, también conocieron el mejor ejemplo de la solidaridad cotidiana.

 En un lugar histórico, en Natzweiler-Struthof, el único campo de concentración nazi en territorio francés, donde fueron deportados hombres y mujeres de todas las naciones, incluidos presos políticos alemanes. Una ceremonia que se celebró bajo el título “La victoria contra el nazismo”, en la que también estuvieron presentes la DGB alemana, la CGIL italiana y la CSL de San Marino. Un acto sindical por la democracia y contra el horror: no podemos ser demócratas si no somos antifascistas. 

Nos lo comentó el antiguo secretario general de la CGT de Francia, Philippe Martínez, de origen español (hijo de una cántabra exiliada y de un guerrillero de las brigadas internacionales): “La memoria es necesaria, no solo en términos de nostalgia recreándose en un pasado fantaseado en el que se luchaba más, sino para preparar mejor el futuro”. Y es así, hay que prepararse aprendiendo del pasado, con una visión global, sin fronteras. En el corazón de nuestro sindicalismo está el internacionalismo.

La democracia, la paz y el modelo de bienestar social europeo están en peligro. Se ve en Francia, España, Alemania, Italia…La internacionalización de la ultraderecha va en aumento; está recogiendo apoyos fruto del descontento, de los incumplimientos, de la incertidumbre y de la desigualdad (el verdadero caldo de cultivo para los discursos del odio).

Pero hay esperanza. Rememoremos la historia: hace ochenta años se abrió un horizonte de conquistas sociales gracias a la Resistencia. El sindicalismo fue clave en el programa del Consejo Nacional de la Resistencia. Hoy, “esas luchas nos inspiran en nuestra batalla global”, recordó la actual secretaria general de la CGT de Francia, Sophie Binet.

Y, también hay que conmemorar Europa. El pasado 9 de mayo se cumplieron 75 años de la declaración de Shuman, ministro francés que sentó las bases de la Europa social. Ahora toca defender la democracia y el modelo europeo. Las organizaciones sindicales de clase tenemos la obligación de organizar la resistencia y plantar cara a la ola ultra. Tenemos la obligación de ser el dique que proteja a la mayoría.