Un SMI de vital importancia

  • Tribuna de José Manuel Zapico, secretario general de CCOO de Asturias, en la "La Nueva España"

10/02/2023.
Tribuna del SMI en "La Nueva España"

Tribuna del SMI en "La Nueva España"

En torno a 2.272.000 personas trabajadoras en nuestro país, más de 41.600 asturianas, que van a verse directamente beneficiadas, entienden mejor que nadie la importancia del salario mínimo y agradecerán la última subida que hemos acordado con el Gobierno. 

Cuesta entender que alguien no apoye una medida que protege a las familias con menos recursos (cuando además los precios de los alimentos básicos se han disparado hasta el 15%, las hipotecas se ponen imposibles y las facturas de la electricidad son un atraco a mano armada), que ayudará a reducir la brecha salarial entre hombres y mujeres, y que beneficiará sobre todo a las personas jóvenes, que más sufren la precariedad. Lo pone de relieve, con rigor, el informe elaborado por el gabinete económico confederal de CCOO, en el que analiza el impacto que tendrá sobre los hogares más vulnerables y constata que los aumentos del salario mínimo han contribuido a recortar la incidencia e intensidad de la pobreza.

No es fácil vivir con un salario que es “mínimo”, pero las sucesivas subidas a la largo de la presente legislatura lo han dignificado sin lugar a dudas. De hecho, el SMI en España ha pasado de 707 euros en 2017 a 1080 este año.

Todo el mundo lo entiende y prácticamente nadie lo cuestiona. Porque la pobreza existe: también para el 15 por ciento de las personas ocupadas en España que no llegan a final de mes al estar su renta situada bajo el umbral de la pobreza. Eso sí, los beneficios de las empresas del Ibex han crecido ocho veces más que los salarios. En Asturias hay 110.000 personas que sobreviven con menos de 6.357 euros anuales y 30.000 hogares en los que todos sus miembros están en paro.

Así que no deja de ser sorprendente que la patronal haya salido tan categóricamente a despreciar la subida del SMI (que recordemos era un compromiso del Gobierno, también con las organizaciones sindicales, en el objetivo de acercarlo al 60% del salario medido como recomienda la Carta Social Europea). 

A la CEOE parece que lo único que le interesa es seguir aumentando sus beneficios a corto plazo, aunque la mayoría salga perdiendo, y sea una auténtica torpeza porque sin subidas salariales no habrá recuperación económica, sólo miseria. Repartir no parece ser un verbo que les guste conjugar. Claro, el señor Garamendi, presidente de la organización, tiene un sueldo anual de 300.000 euros brutos, más 50.000 en complementos. Un sueldo “modesto”, según él. El salario mínimo no es lo suyo. 

En Asturias la FADE no tardó tampoco en poner el grito en el cielo, alertando de que la subida del salario mínimo va a ser “muy dañina”. Y cuesta entenderlo cuando las anteriores subidas del SMI no lo han sido. Primero dijeron que subir el salario mínimo destruía empleo, pero en España han aumentado las contrataciones. Luego que hundiría a las empresas, pero resulta que tienen beneficios récord. Simplemente tratan de confundir.

Para CCOO no hay duda de que se trata de un acuerdo histórico, una medida de justicia que además estimula la demanda interna y la actividad económica, y que a buen seguro va a generar empleo de más calidad. 

Y no somos los únicos. Ocho países europeos de nuestro entorno y distinto signo político han iniciado este año con subidas del SMI, en algunos casos muy importantes: Alemania el 15%, Bélgica el 13%, Países Bajos el 10%. Recordemos que España, que sigue estando en la parte baja de la tabla, lo ha hecho el 8%.

Pero no solo el SMI. Nuestro sindicato considera que es absolutamente necesaria una subida generalizada de los salarios para alejar el riesgo de una crisis económica en nuestro país. Hay que repartir los excedentes y los beneficios empresariales a través de los sueldos de la clase trabajadora que los hacen posibles. Con una inflación subyacente por encima del 7%, las empresas están trasladando a los precios todos los costes para así mantener o mejorar los beneficios empresariales. Y hay que reequilibrar la balanza.

Los salarios en España se deben determinar a través de los convenios colectivos, como es propio, y para eso hay que cumplir con los compromisos adquiridos. La CEOE tiene que volver a la mesa de negociación para recuperar el Acuerdo por el Empleo y la Negociación Colectiva con cláusulas de revisión salarial que permitan al menos mantener el poder adquisitivo. La patronal tiene que ser consecuente con la situación del país. 

Es verdad que mejorar los salarios a través de la negociación colectiva quizá recorte ligeramente los más de 21.000 millones que ganó el año pasado la banca española (una cantidad indecente), pero ayudará a salir de la angustia a millones de trabajadores y trabajadoras pobres, y aliviará también a pequeñas y medianas empresas que verán reactivado el consumo con la mayor capacidad de compra de la gente. Y es que el verdadero problema de este país es la desigualdad. Eso sí es un drama, esta sí es dañina.