Más ingresos para más pensiones

  • Tribuna de José Manuel Zapico, secretaría general de CCOO de Asturias, en "El Comercio"

El 15 de marzo fue uno de los días más importantes de la legislatura. El Gobierno y los sindicatos firmábamos el acuerdo de la segunda parte de la reforma de pensiones (validado el día 30 por el Parlamento), que garantiza su viabilidad, equidad y suficiencia, reduce la brecha de cotización y mejora el periodo de cálculo. En resumen: aumenta los ingresos y no recorta las pensiones, amplía la protección y otorga certezas para los próximos 25 años.

04/04/2023.
Tribuna de J. M. Zapico sobre el acuerdo de pensiones

Tribuna de J. M. Zapico sobre el acuerdo de pensiones

El 15 de marzo fue uno de los días más importantes de la legislatura. El Gobierno y los sindicatos firmábamos el acuerdo de la segunda parte de la reforma de pensiones (validado el día 30 por el Parlamento), que garantiza su viabilidad, equidad y suficiencia, reduce la brecha de cotización y mejora el periodo de cálculo. En resumen: aumenta los ingresos y no recorta las pensiones, amplía la protección y otorga certezas para los próximos 25 años.

Con la primera parte del acuerdo (que contó con el apoyo de las organizaciones empresariales), hace año y medio, se logró que hoy diez millones de pensionistas vean revalorizadas sus pensiones, del anterior miserable 0,25% del IPC, al IPC medio registrado cada año, que en 2023 ha sido un 8,5%, lo que ha supuesto una subida de 1.500 euros al año para la pensión media de jubilación; y que se haya derogado el mal llamado factor de sostenibilidad, que reducía en más de un 20% las pensiones de los más jóvenes en los próximos 25 años. Gracias a la lucha de los pensionistas, de los trabajadores y trabajadoras, se revertían los recortes impuestos por el Partido Popular en su reforma de 2013. 

Pero somos muy conscientes del reto al que nos enfrentamos como país: de aquí a 2048 se van a jubilar muchas más personas, que previsiblemente vamos a cobrar pensión durante más tiempo y de mayor cuantía. ¿Qué hacemos entonces? ¿Destinamos el mismo dinero con 10 que con 15 millones de pensionistas y recortamos drásticamente las pensiones, o reforzamos de manera estructural el sistema de ingresos de la Seguridad Social y garantizamos el cobro de pensiones suficientes no solo ahora, sino también a mediados de siglo? Con todas nuestras fuerzas optamos por lo segundo.

Con la segunda fase de la reforma se culminan las medidas de incremento de ingresos de origen contributivo. En este sentido cabe señalar el aumento progresivo de las bases máximas de cotización, que crecerán hasta el año 2050 un 38% por encima de lo que lo haga la inflación, acercándonos así al estándar de los países europeos de nuestro entorno.

Destopar las bases máximas de cotización significa sencillamente que tendrán que cotizar a la Seguridad Social por un porcentaje mayor los salarios más altos, medida perfectamente asumible (de hecho afecta a 1,2 millones de cotizantes, sobre todo de grandes empresas con buena situación económica).

Por otra parte, el incremento del Mecanismo de Equidad Intergeneracional, para llegar paulatinamente a un incremento de las cotizaciones del 1,2% (1% a cargo de las empresas y 0,2% a cargo de las personas trabajadoras) en 2050, servirá exclusivamente para dotar el Fondo de Reserva, y no tener que acudir a recortes, lo que dará certidumbre y tranquilidad a las pensiones del futuro. 

Se avanza también de forma decisiva en la cotización por ingresos reales, al establecer para todas las retribuciones que excedan de la base máxima en cada momento, también de forma progresiva, una cotización de solidaridad, y que contribuirá al sostenimiento del sistema con un tipo de cotización que oscilará entre el 1% y el 6% de la parte de sus salarios que superen dicha base máxima.

Además de mejorar los ingresos, el acuerdo amplía la protección e igualdad con medidas para reducir la brecha de género (por ejemplo, se compensan las reducciones de jornada y excedencias por cuidados), se cubren las lagunas de cotización y mejoran sustancialmente las pensiones mínimas, de viudedad y no contributivas. Y la nueva fórmula de periodo de cálculo supondrá una mejora de las pensiones de quienes tienen una carrera de cotización más precaria y discontinua, pudiendo elegir entre los últimos 25 años cotizados o los mejores 27 de los últimos 29.

Especial relevancia tiene que se abra la puerta a revisar de manera inmediata y generalizada todas las posibilidades que quedan recogidas para la jubilación anticipada, incluyendo al personal funcionario y estatutario.

Por último, es importante señalar que los acuerdos negociados en el marco del diálogo social entre 2020 y 2023 están plenamente alineados con las recomendaciones de la comisión parlamentaria del Pacto de Toledo, lo que nos sitúa en las condiciones necesarias para preservar el sistema público de pensiones en España ante los retos que tiene que abordar, reforzando su equidad, su financiación y su capacidad de protección.

Y que cuente con el aval de la Comisión Europea revela hasta qué punto nos encontramos ante un cambio de paradigma para enfocar ahora las crisis económicas, frente a las doctrinas de extrema austeridad del pasado, que tanto dolor causaron a nuestra sociedad. 

Todo ello hace aún más incomprensible el rechazo de la patronal. Un dato: el coste laboral actual por hora trabajada es de 23,4 euros, que subirá por este acuerdo a 23,8 euros en 2050. Sin embargo, la media de la UE está en 33 euros por hora, por lo que no es un problema para garantizar la competitividad de nuestras empresas, más bien sus justificaciones parecen “excusas de mal pagador”, en un contexto como el actual de fuertes incrementos de los beneficios empresariales. De hecho, los beneficios de las empresas aumentaron el 91,3% en 2022, según datos del Banco de España.

Comisiones Obreras, por cierto, es la única organización social que, desde 1985, ha estado en todas las negociaciones y movilizaciones en defensa del sistema público de pensiones. Un compromiso que reiteramos con este acuerdo, que garantiza pensiones más justas, reduce la pobreza entre las personas mayores y asegura la sostenibilidad del sistema para hoy y para mañana.