Más y mejor empleo

  • Tribuna de José Manuel Zapico, secretaría general de CCOO de Asturias, en "El Comercio"

24/10/2023.
Tribuna de J. M. Zapico en "El Comercio"

Tribuna de J. M. Zapico en "El Comercio"

Si la Constitución española establece que todo el mundo tiene derecho a un trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, habremos de reconocer que todavía queda un buen trecho. 

Por centrarnos en Asturias, los últimos datos sobre el paro registrado revelan que hay 56.337 personas sin empleo. Es decir, no es que no quieran trabajar, es que no hay trabajo para ellas. Son muchas, sin duda, demasiadas. La Encuesta de Población Activa estima una tasa de paro del 10,45% y constata que el paro de larga duración afecta a más de la mitad de la población sin empleo. 

También hay trabajos que no acaban de satisfacer a quienes los realizan. Hablamos de precariedad, de jornadas parciales indeseadas (prácticamente la mitad de quienes trabajan a media jornada lo hacen porque no pueden lograr un empleo a tiempo completo). CCOO de Asturias puso el acento hace unos días en el colectivo de las personas ocupadas que buscan otro empleo, uno mejor o compatible con el que tienen. Según las estimaciones de nuestro gabinete técnico serían en torno a 6.000 personas.

Un estudio elaborado recientemente por el Centro Demoscópico de la Fundación 1º de Mayo ha tratado de detectar el estado de ánimo de la clase trabajadora y las causas del malestar. Solo el 55% de las personas encuestadas estaban satisfechas con su trabajo y “existe una percepción de una gran cantidad de personas que en mayor o menor medida se sienten agotadas mental y físicamente, reconociendo además estados de ansiedad, irritabilidad y tristeza en el trabajo”, sostiene el estudio.

Otro dato llamativo es que apenas el 32% perciben que pueden negociar sus condiciones laborales, y en una proporción similar declaran que sus jornadas son excesivamente largas. De forma sistemática, las mujeres se encuentran en peor situación. Y se reconocen más expuestas a ambientes laborales en las que se les obliga a llevar a cabo prácticas consideradas como ilícitas, y a la vulneración de sus derechos laborales. También refieren mayor agotamiento mental y emocional. Por otra parte, la percepción de que las condiciones laborales son más un ejercicio de imposición que de negociación es mayor en el grupo de edad más joven (menores de 35 años).

En el lado positivo, el informe subraya hasta qué punto los acuerdos alcanzados en la negociación colectiva disminuyen los niveles de precariedad laboral y aumentan el bienestar laboral de las personas trabajadoras que, consecuentemente, adquieren un mayor compromiso en sus empresas. 

Así las cosas, queda mucho por mejorar en el mercado de trabajo para dar empleo a todas las personas que lo requieren y asegurar un grado de satisfacción laboral acorde con los parámetros del empleo decente.

En el último Consejo Confederal, Unai Sordo abogó precisamente por dar un salto en materia de empleo. Básicamente necesitamos un nuevo modelo laboral que reduzca drásticamente la tasa de desempleo, mejore la estabilidad en el trabajo y defina un modelo económico y de país. 

CCOO considera necesario extender y dar continuidad a las reformas acordadas en el marco del diálogo social (como la reforma laboral y de la estructura de la negociación colectiva), y retomar las aún pendientes en materia de Seguridad Social y protección social.

Hoy podemos decir que la gestión laboral de las crisis (pandemia e incrementos de precios) ha sido un acierto, y los sindicatos hemos colaborado para evitar que se destruyera empleo mediante los ERTE, se incrementara el SMI un 47% (una palanca eficaz, que lejos de destruir empleo conlleva una reducción de las tasas de desigualdad, como se aprecia en la brecha salarial) y que la temporalidad cayera a la mitad.

Sin embargo hay mucho que mejorar, porque persisten los problemas endémicos, de ahí que tengamos que fijarnos objetivos ambiciosos para reducir el desempleo, aumentar los salarios y mejorar la calidad de los empleos.

En este sentido, la reducción del tiempo de trabajo debe abordarse sin más demora, con el objetivo de implantar las 35 horas semanales como una fórmula para promover un mejor reparto de la productividad, favorecer la conciliación de la vida personal y laboral, y una vía de generación de puestos de trabajo. En cualquier caso, debe ser la negociación colectiva la que determine cómo se produce esa reducción del tiempo de trabajo porque hay sectores en los que habrá que usar vías alternativas de reducción y ordenación de los tiempos de trabajo.

Para nuestro sindicato es también el momento de abordar una regulación más garantista para las personas trabajadoras con contrato a tiempo parcial (mujeres en un 70% de los casos), y modificar el régimen del despido, para que las empresas dejen de utilizarlo como fórmula de ajuste a los ciclos económicos.

Investidura del Gobierno mediante, se abriría una oportunidad para acabar con las viejas inercias y la resignación que nos ha conducido a un modelo laboral basado en la precariedad y en los bajos costes y la escasa innovación. Una oportunidad que no podemos desaprovechar. Nadie saldría perdiendo con más y mejor empleo.