El 8M y las mujeres que abrieron el camino

  • Tribuna de Úrsula Szalata, Igualdad de CCOO de Asturias, en "La Nueva España"

Siempre han estado ahí, pero ahora las tenemos mucho más presentes, porque este 8 de Marzo las recuerda ya desde su lema: “A golpe de tacón, dando tira”. Hablamos de Anita Sirgo, de Maruja Ramos, de Tina Pérez… y de tantas otras -porque ellas siempre hablaban en plural- que también protagonizaron las huelgas del 62 y defendieron los derechos laborales y las libertades democráticas frente a la dictadura.

08/03/2024.
Úrsula Szalata

Úrsula Szalata

Mujeres admirables que mantuvieron el compromiso y la militancia mientras les duró la vida, participando activamente en las movilizaciones convocadas por el sindicato, ya fuera para defender unas pensiones públicas y dignas, reivindicar la lucha feminista o exigir mejoras básicas para su pueblo.

Mujeres que hoy, ante este 8 de Marzo, estarían denunciando la discriminación que sufrimos en el mundo laboral y reclamando políticas que corrijan esta injusticia. Porque los datos del informe que ha presentado hace unos días CCOO de Asturias revelan hasta qué punto la brecha laboral determina la brecha salarial, y cómo la desigualdad nos acompaña desde que nos incorporamos al mercado laboral hasta que cobramos la pensión.

De hecho, la parte principal de la desigualdad salarial entre mujeres y hombres se explica porque las mujeres soportamos una menor inserción laboral, nuestra carrera laboral sufre mayores interrupciones, y el acceso al empleo se produce en peores condiciones, lo que se traduce en un salario medio menor. Por decirlo brevemente: nuestra tasa de actividad es inferior a la masculina; sufrimos más paro, temporalidad y parcialidad; nos vemos empleadas en sectores con sueldos más bajos; los complementos salariales nos discriminan… así que el salario medio de las mujeres en Asturias debería incrementarse un 30,2% para igualarse con el de los hombres. Y este abismo salarial se agudiza al llegar a la jubilación, hasta el punto de que en la pensión contributiva la brecha se dispara hasta el 78%.

Aunque ha disminuido -en buena medida gracias a políticas clave que hemos impulsado desde Comisiones Obreras, como la subida del salario mínimo o el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC)- la brecha salarial sigue ahí, demasiado alta. Y buena parte de ella obedece a que las mujeres nos tenemos que hacer cargo en mucha mayor medida de las tareas de crianza y cuidados. Ahí está el dato revelador de las excedencias: en 2023 en Asturias 634 mujeres recurrieron a ellas por cuidado de hijo, hija o familiar, frente a 93 hombres, por lo que el 87% de las excedencias corresponden a mujeres.

Hemos logrado avances incuestionables, pero queda mucho camino por recorrer. Y el feminismo en esencial en la lucha contra las desigualdades y la discriminación. Porque la subida del salario mínimo (que beneficia más a las mujeres, ya que soportan peores condiciones laborales y salariales) es feminismo. Combatir la brecha salarial (que hay que seguir recortando aunque sea la más baja de los últimos quince años), es feminismo. La reforma laboral (que ha reducido la temporalidad, que afecta más a las mujeres) es feminismo. La reforma de pensiones (que ha traído mejoras, particularmente para las mujeres, integrando lagunas de cotización) es también feminismo. Como lo es sin duda negociar planes de igualdad en las empresas, aunque aquí también haya mucho camino por recorrer, si tenemos en cuenta que el 66% de las empresas en nuestro país que deberían tenerlo, carecen de él. Sin olvidar la batalla contra el acoso porque, aunque es obligatoria la existencia de protocolos de prevención y tratamiento del acoso sexual y por razón de sexo, la mayoría de las empresas no lo tienen. Todo ello y mucho más es feminismo. 

El feminismo está siendo el mayor motor de transformación social. Como sindicato feminista, Comisiones Obreras renueva día a día su firme compromiso de seguir luchando contra la discriminación laboral de las trabajadoras en cualquiera de sus formas y negociando propuestas que mejoren las condiciones de vida de las mujeres.

El manifiesto de este año tampoco se olvida del terrorismo machista, que el año pasado asesinó a 58 mujeres en nuestro país (una casa seis días) ni de denunciar las posiciones políticas ultraderechistas que hacen seña de identidad de su ataque a los derechos de las mujeres, de su antifeminismo, de su negacionismo de la violencia de género, junto a las campañas de degradación y hostilidad que dirigen hacia el sindicalismo de clase, contribuyendo a vulnerar principios esenciales de la democracia y la Constitución.

Nos preparamos para este 8 M cuando todavía resuenan los ecos de la despedida que tuvieron en Langreo Anita Sirgo y Maruja Ramos, camaradas y amigas, que nos dejaron el mismo día, 14 de enero, como si la lucha las hubiera unido y la muerte no pudiera separarlas. Dos mujeres valientes y comprometidas como pocas, símbolos del movimiento obrero asturiano y representantes de una generación irrepetible, que literalmente se jugaron la vida por una vida mejor para los demás. Anita y Maruja, Maruja y Anita se merecen una página en la historia, una página que ya tienen en la de Comisiones Obreras. La historia, que tantas veces las marginó, porque también hay brechas en la historia. Y la historia les debe un reconocimiento. 

El 8 de Marzo seguiremos avanzando también por ellas, las que nos abrieron el camino. Un camino que no tiene vuelta atrás. Nos acompañan los tacones de todas ellas, y también nos acompañan los gritos y los silencios desgarradores de las mujeres, los niños y las niñas afganas, sirias, saharauis y palestinas.