¿Hasta cuándo se va a permitir el genocidio en Palestina?

  • Ahmad Refat Tawfiq, Internacional de CCOO de Asturias, en La Nueva España

29/11/2024.
Palestina

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El 29 de noviembre se celebra el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino. Transcurrido más de un año desde que Israel empezara la última etapa del genocidio contra nuestro pueblo, el balance es terrible: al menos 45.000 personas muertas, más de cien mil heridas, decenas de miles desaparecidas bajo los escombros, el 80% de las casas de Gaza destruidas, la población sufriendo hambre y enfermedad... Más de dos millones de personas sobreviven en condiciones infrahumanas esperando una muerte atroz que les puede llegar en cualquier momento.

Era inimaginable que esto pudiera suceder en pleno siglo XXI, y lo estamos viviendo en directo todos los días, imágenes de cadáveres de niños y mujeres, la destrucción sistemática de hospitales, escuelas, mezquitas e iglesias.

Mientras tanto, Occidente y los países europeos, que se proclaman defensores de los principios de democracia, justicia, libertad y derechos humanos, miran para otro lado. Mientras nos llenan los oídos con sus denuncias de la situación de las mujeres en algunos países, la falta de democracia en otros, o tocan los tambores de guerra para defender a Ucrania, destinando recursos militares y económicos infinitos para hacer frente al agresor, ignoran la masacre que se está cometiendo en Palestina.

Están deshumanizando a nuestro pueblo. Llevamos más de un año soportando asesinatos, violaciones, torturas, detenciones ilegales. Y solo nos dicen que lamentan, desean y hacen todo lo posible…, mientras siguen alimentando la salvaje maquinaria de guerra israelí, sin tomar ninguna decisión seria para acabar con el el sufrimiento y el exterminio del pueblo palestino.

El pueblo palestino no es el culpable, es la víctima de un diabólico plan que comenzó a finales del siglo XIX, cuando el primer congreso sionista en Basilea, Suiza, decidió trabajar para la creación de un Estado judío. Y lo lograron, con el apoyo de Occidente, en 1948, mediante la creación del Estado de Israel, arrebatando las tierras a los palestinos, provocando un gigantesco éxodo de refugiados, más de 150.000 mártires, un millón de heridos. 

Las agresiones israelíes nunca cesaron: oleadas de bombardeos, bajo cualquier pretexto; asesinatos selectivos a quien y cuando les da la gana; arrestos indiscriminados, como esos “administrativos” que permiten detener a cualquier palestino sin dar ninguna explicación o motivo.  Los colonos israelíes siembran el terror y el miedo, matando, robando, destruyendo pueblos…, armados y protegidos por su ejército.  Más de 700 palestinos han sido asesinados en Cisjordania en el último año.

El Estado de Israel viene incumpliendo más de 27 resoluciones de la asamblea general y el consejo de seguridad de la ONU, así como las decisiones del tribunal de la Corte Penal Internacional. Es un Estado agresor que ocupa tierras de otros y no puede acogerse al derecho de la autodefensa para cometer los crímenes que está cometiendo.

Pero el pueblo palestino sí tiene el legítimo derecho, reconocido por la ONU, a la resistencia contra la ocupación, y a la lucha para recuperar su tierra y su libertad, como muchos otros pueblos en todo el mundo.   

Hablar del derecho de Israel a la autodefensa es un engaño y una falsificación de la realidad. Cuando empezó el plan diabólico sionista contra el pueblo palestino no existía Hamás, que surgió durante la primera Intifada (o levantamiento social contra la ocupación israelí) en 1987. Tampoco Hizbullah, que surgió en 1982, como consecuencia de la invasión israelí del Líbano. Y el régimen iraní, el gran enemigo, en aquellos tiempos navegaba en la órbita de Estados Unidos.

Las agresiones israelíes tampoco se limitan a Palestina, sino que se expanden hacia Yemen, Siria, Irak, Irán y Líbano, donde el ejército comete masacres diarias, asesinando hasta ahora a más de 4.000 personas.   

Basta ya. Hay que parar este genocidio contra el pueblo palestino. Occidente está obligado moralmente a alzar la voz, abandonar la hipocresía, y tomar las decisiones y actuaciones necesarias para establecer la paz y la justicia. Hay que boicotear al Estado israelí agresor, cortar todas las relaciones, detener la venta y suministro de armas. 

Si no lo impiden, los países europeos estarán siendo cómplices del genocidio. Estados Unidos, y algún otro país, no se esconden para mostrar su total implicación y participación. Una vergüenza que la Historia les recordará.

Ahora, que la Corte Penal Internacional emitió, aunque tarde, órdenes de detención contra Netanyahu y su ex ministro de defensa por crímenes de guerra, despejando cualquier duda sobre la naturaleza criminal de este estado y sus dirigentes , tendrán los países europeos la bastante valentía y coherencia con sus principios para llevar a este genocida ante la justicia internacional para que pague por el sufrimiento que está causando al pueblo palestino.