Acabemos ya con la brecha salarial

  • Tribuna de Úrsula Szalata, Igualdad de CCOO de Asturias, en "El Comercio"

22/02/2025.
Tribuna de Úrsula Szalata

Tribuna de Úrsula Szalata

El 22 de febrero se celebra el Día por la Igualdad Salarial y es una buena ocasión para concienciarse de la necesidad terminar con la brecha, con esta desigualdad. Ahí tenemos el último dato del INE: en 2022 las trabajadoras asturianas ingresamos 5.782 euros menos que los hombres. Casi nada.

Hay causas que explican la brecha. Ocurre porque desde la infancia se nos encamina hacia sectores menos remunerados y con peores condiciones de empleo y, además, nos vemos obligadas a interrumpir la carrera profesional debido a las obligaciones familiares que asumimos. Ello provoca menores ingresos y, al final de nuestra vida laboral, que cobremos pensiones más bajas. Mientras la brecha salarial es del 24,3% en Asturias, entre las mayores del país, somos la comunidad autónoma donde se registra la brecha de pensiones más alta: del 74% en el caso de la pensión contributiva de jubilación.

Pero la democracia exige igualdad y la brecha salarial es una rémora, un obstáculo que hay que salvar para alcanzar ese objetivo. Para lograrlo es urgente desarrollar políticas públicas que aborden el problema de la desigualdad desde el origen: el acceso al empleo, la distribución de las responsabilidades de cuidado y la regulación de los complementos salariales, entre otras. Y hace falta un Pacto de Estado que desarrolle los cuidados desde los servicios públicos, como un nuevo pilar del Estado de bienestar. En Asturias tenemos asumido ese compromiso en el acuerdo de concertación social. 

La brecha salarial de género refleja las desigualdades estructurales tanto en el mercado laboral como en la sociedad en general. A pesar de los avances indudables en materia legislativa, negociación colectiva, diálogo social y políticas de igualdad, las mujeres continuamos percibiendo salarios inferiores a los de los hombres. Principalmente porque nos incorporamos al trabajo asalariado fuera de casa en menor medida y soportamos peores condiciones laborales. Nuestra tasa de actividad es más baja y, sin embargo, padecemos mayor paro y temporalidad. Los sectores con bajos salarios tienen un mayor peso en el empleo femenino que en el masculino.

Un reciente informe de CCOO de Asturias señala que el 20,7% de las mujeres trabajamos a jornada parcial, frente al 5,3% de los hombres. Y esto sucede muchas veces de forma involuntaria, al no encontrar un empleo a tiempo completo por las responsabilidades de cuidado. De hecho, hay once veces más mujeres que hombres trabajando a tiempo parcial por esta razón en nuestro país. 

De las 85.600 personas clasificadas como inactivas en Asturias debido a que realizan labores del hogar (tareas que incluyen el cuidado de niñas y niños, mayores, personas enfermas o con discapacidad), un 89,3% son mujeres. El 31,0% de las asturianas no trabajan ni buscan empleo porque se dedican a las labores del hogar, frente al 4% de los hombres. Sin el impacto de los cuidados la brecha en la tasa de actividad entre hombres y mujeres prácticamente desaparecería. 

Otro dato que confirma la situación es que las excedencias por cuidados están muy feminizadas. El 86% de las dadas de alta en 2024 en Asturias fueron asumidas por mujeres, concretamente 605, frente a las 98 por parte de hombres.

Además, los complementos salariales concentran una cuarta parte (el 23,8%) de la brecha de la nómina y benefician en mayor medida a los hombres: la nocturnidad o el esfuerzo físico se retribuyen mejor que otros asociados al trabajo femenino, como la atención y la precisión.

Y la brecha no se acabará sola, sino que hay que acabar con ella. Las políticas y medidas implementadas, como los planes de igualdad o la subida del salario mínimo, han permitido la reducción espectacular de la brecha (en Asturias era del 43,4% en 2017), pero los indicios de estancamiento en los últimos años ponen de relieve la necesidad de políticas específicas adicionales. Hay que espabilar, porque al ritmo de la última década, nuestro sindicato ha calculado que la brecha tardaría 19 años en cerrarse en España (año 2041) y 25 años en Asturias (lo haría en 2047). 

Para cerrar la brecha salarial en un periodo razonable de tiempo, entendemos que es imprescindible mejorar la inserción laboral femenina, fomentando la igualdad de oportunidades de promoción y ascensos; reducir la feminización de la jornada, promoviendo medidas de corresponsabilidad en el hogar y en el trabajo; ajustar la política de complementos salariales, para evitar sesgos de género; y ampliar los servicios de cuidado público, y avanzar así en la conciliación laboral real y efectiva.

Solo así podremos doblegar la brecha. Solo así nos acercaremos a una sociedad más justa, más democrática. Y no hay tiempo que perder.