Queda mucho por hacer

  • Tribuna de José Manuel Zapico en "La Nueva España"

01/05/2024.
1Mayo Lne1

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Celebramos este 1º de Mayo en Langreo bajo el lema “Por el pleno empleo: reducir la jornada, mejorar los salarios”. Y falta hace, porque la realidad de Asturias dista mucho de ser la que deseamos.

El empleo es la máxima preocupación. En el último año Asturias creó 7.120 nuevos puestos de trabajo, y 4.137 personas lograron escapar de las listas del paro. Pero esa mejora no es suficiente. Nadie puede estar satisfecho cuando hay 57.559 personas que no encuentran un trabajo asalariado, cuanto la mitad de las personas en paro llevan más de un año buscando empleo sin encontrarlo, cuando la tasa de paro juvenil resulta escandalosa. A pesar de la mejoría, queda mucho por hacer. Por eso estamos exigiendo un plan de choque específico por el empleo para mujeres, jóvenes y mayores de 45 años, colectivos con especiales dificultades de inserción en el mercado laboral.

También urge extender y mejorar la cobertura por desempleo porque Asturias tiene la menor tasa del país (solo por detrás de Ceuta y Melilla y del País Vasco). Prácticamente la mitad de las personas sin trabajo no cobra prestaciones, y entre quienes sí las cobran, la mitad recibe la asistencial, de 480 euros al mes, lo que impide llevar una vida digna y salir de la pobreza y la exclusión social. 

No en vano, desde 2015 la proporción de población en riesgo de pobreza o exclusión social ha aumentado 2,8 puntos en nuestra región, frente a un descenso medio del 2,7. Asturias registra en concreto la peor evolución del país en estos años. Vivir en un hogar sin empleo o con baja intensidad en el empleo es la segunda causa más frecuente de pobreza y exclusión social. Queda mucho por hacer.

En las negociaciones abiertas para la reforma de la prestación por desempleo CCOO está reclamando, entre otras mejoras, ampliar la cobertura a menores de 45 años sin cargas familiares, reduciendo el tiempo de cotización de tres años a uno para acceder al subsidio tras agotar las prestaciones contributivas; incrementar la cuantía durante los doce primeros meses para los subsidios de mayores de 52 años; o aumentar el IPREM un 14% para compensar la pérdida de valor de los últimos años, y hasta el 17% si no se revisa este 2024.

Queda mucho por hacer también en la mejora de los salarios. Aunque es un hecho que desde la firma en mayo de 2023 del V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva los nuevos convenios recogen mayores incrementos salariales, en los últimos tres años los trabajadores y trabajadoras asturianos, en medio de la crisis de precios, perdieron más de siete puntos de poder adquisitivo. Por tanto, urge llevar el acuerdo a las mesas de negociación, por el bien de los salarios y de la economía en su conjunto. Y porque los beneficios empresariales han aumentado un 64% entre 2018 y 2023. Así que hay margen de sobra para hacerlo.

La industria es otro caballo de batalla. La región ha perdido en las últimas décadas decenas de miles de empleos en el sector. Y las reconversiones no han terminado, porque la transición energética acelerada -como temíamos- está pasando una factura carísima a nuestra comunidad, a la que han llegado los cierres de instalaciones y la pérdida de empleo, pero no las alternativas comprometidas. Iberdrola, Naturgy y HUNOSA siguen sin cumplir. Y aquí debemos añadir la reivindicación de un futuro para la siderurgia integral, con o sin Arcelor.

También tenemos que reivindicar las infraestructuras, nuestra pesadilla particular con el Ministerio de los Incumplimientos. Porque no nos podemos permitir otra epidemia de retrasos y cancelaciones, ni que la red de Cercanías siga languideciendo de manera tan lamentable.

Hay mucho que mejorar y la buena noticia es que puede hacerse. El diálogo social ha sido verdaderamente fructífero, y los resultados son evidentes: el salario mínimo ha subido un 54% desde 2018 y la reforma laboral de 2021 está cumpliendo su objetivo de reducir la temporalidad. En Asturias tres de cada cuatro afiliados y afiliadas al régimen general ya tienen un contrato indefinido y más de la mitad lo tienen además a tiempo completo. Ese es el camino. Un camino por el que ahora hay que avanzar hacia el pleno empleo. 

Es el momento de la reducción legal de la jornada de trabajo, de una mejor regulación de la contratación a tiempo parcial, de endurecer los despidos individuales y colectivos; y de la extensión de los contenidos de la Ley Rider al conjunto de la economía de plataforma. Y de aprovechar inteligentemente la digitalización para ser más productivos trabajando menos y en mejores condiciones. 

Es también el momento de los cuidados. Necesitamos una política integral de cuidados, con la implicación decidida del Estado y desde la corresponsabilidad, en el marco de la recuperación del conjunto de los servicios públicos. En Asturias hemos hecho una importante aportación al nuevo acuerdo de concertación que se está negociando: un pacto de cuidados que incluye políticas de conciliación (escuelas de 0-3 públicas y gratuitas, ampliación de los comedores escolares y la apertura en los institutos, más planes de igualdad o adaptar las leyes para que hombres y mujeres podamos trabajar y cuidar de otras personas, y que nos cuiden); mejorar los centros de día, las residencias para mayores, la atención a la dependencia y la discapacidad y la ayuda domiciliaria (incluyendo la reducción a tres meses del tiempo máximo de tramitación de la prestación de dependencia), dignificando las tareas de cuidados profesionales; o la exigencia de cláusulas de contratación de las ayudas públicas que excluyan a empresas que estando obligadas no cuenten con plan de igualdad.

Sin olvidar la vivienda, ese derecho constitucional convertido en misión imposible para mucha gente. Es urgente una apuesta clara por la promoción de vivienda pública y la creación de un parque público de vivienda de alquiler, para acabar de una vez con la odisea que representa hoy acceder a este bien básico sin que nos hipoteque también la vida.

Como sindicato mayoritario, CCOO será consecuente y responsable con sus reivindicaciones. También en la defensa del sistema democrático. Frente a quienes siembran odio, bulos y violencia, es la mejor herramienta para avanzar en igualdad, en los derechos de las personas trabajadoras y en el desarrollo económico de nuestra querida Asturias.